De cómo Marmota educó a Gluskabe
Pueblo Penobscot – Estados Unidos
Aquí comienza mi historia de Gluskabe.
Gluskabe vivía con su abuela Marmota, que fue quien lo crio y le enseñó todo; le enseñó a cazar, a pescar y a subsistir en la vida. Cuando creció lo suficiente como para utilizar el arco y las flechas, Gluskabe le dijo a su abuela:
—Hazme un arco y unas flechas, pues quiero cazar un ciervo. Estoy cansado de comer siempre conejo y pescado.
Y, así, se fue a los bosques y cazó un ciervo, y Marmota se puso muy contenta. Estaba orgullosa de él.
Al día siguiente volvió a salir y cazó un oso.
—¿Qué criatura es ésta? –preguntó a su abuela cuando llegó a casa.
La abuela se puso aún más contenta, tanto que se puso a bailar.
—Has cazado un oso, y eso es mucha carne –dijo ella–. Vamos a tener mucha, mucha grasa. ¡Vamos a vivir en la abundancia!
«Será un gran mago –pensaba Marmota en sus adentros–. Hará grandes maravillas para nuestros descendientes a medida que madure, porque sus vidas correrán muchos peligros en el futuro. Habrá animales que intentarán cazarnos, y los ríos pueden ser peligrosos. Él podrá transformarlos para que no sean peligrosos.»
Entonces, Gluskabe le dijo a su abuela:
—Me gustaría que me enseñaras a hacer una canoa. Así podría cazar patos.
—¡Claro! ¡Yo te enseñaré, nieto!
De modo que le enseñó a hacerse una canoa y, cuando estuvo terminada, le encantó verle partir remando en busca de patos. ¡Y trajo muchos!
Pero, con el transcurso del tiempo, el viento se fue haciendo cada vez más intenso, de manera que ya no podía salir con la canoa, hasta que finalmente pensó en volver a cazar a los bosques.
«Pero con la caza tardas mucho en conseguir presas», se dijo mientras regresaba a su wigwam.
Cuando llegó, se tumbó en su cama y se puso a cantar, con el deseo de tener una bolsa de caza de pelo, con la cual atrapar a los animales con más facilidad.
Su abuela, Marmota, le hizo una bolsa de caza con piel de ciervo y, cuando la terminó, se la echó a Gluskabe, pero él no dejó de cantar.
Entonces le hizo una bolsa de piel de alce y se la lanzó, pero él no dejó de cantar.
Entonces, sacándose pelos de marmota de su propio vientre, le hizo una bolsa de caza con ellos, y Gluskabe se mostró encantado, dándole las gracias. Sin perder el tiempo, Gluskabe se fue a los bosques y llamó a todos los animales.
—Venid, animales –les llamó a gritos–, el mundo está a punto de terminarse, y vais a perecer todos.
Entonces, animales de toda clase salieron a su encuentro, y él les dijo:
—Meteos aquí en la bolsa. Ahí dentro no veréis el fin del mundo
Y todos los animales se metieron en la bolsa, y Gluskabe se llevó la bolsa a rastras hasta el wigwam.
—Abuela, he traído animales de caza –le dijo–. A partir de ahora, no tendremos que pasarlo mal buscando presas.
Marmota salió y vio todos los tipos de animales que había en la bolsa, y luego regresó al wigwam y dijo:
—No has hecho bien, nieto. Nuestros descendientes, en el futuro, se morirán de hambre. Yo tengo muchas esperanzas puestas en ti a cuenta de nuestros descendientes. No hagas estas cosas. Sólo debes hacer aquello que les beneficie a ellos, a nuestros descendientes.
Gluskabe escuchó con atención a su abuela y, a continuación, salió, abrió la bolsa y les dijo a los animales:
—Salid. El peligro ya ha pasado. ¡Salid!
Y los animales se dispersaron.
Pero Gluskabe continuó con sus andanzas. Un día, al regresar al wigwam, vio a su abuela pescando y se puso a pensar en lo duro que era pescar, sobre todo cuando se capturaban pocos peces. De modo que se dijo: «Convendrá que ayude a mi abuela para que no tenga que pasar tan mal rato pescando».
Y no se le ocurrió otra cosa que construir una trampa para peces en la desembocadura del río. Cuando la terminó, dejó una abertura en la mitad para que los peces pudieran entrar en ella, y luego se fue a recorrer las playas, diciendo a gritos a los peces mientras caminaba:
—El océano se va a secar. Viene el fin del mundo, y vais a morir todos. Pero me he inventado algo para que podáis vivir todos los peces que me estáis escuchando, de todos los tipos. Entrad en mi río y viviréis, porque mi río siempre permanecerá. ¡Venga, todos los que me estáis escuchando, entrad!
Y peces de todas las clases entraron en la trampa, hasta que ésta se llenó. Luego, Gluskabe la cerró, y allí se quedaron todos. A continuación, regresó al wigwam y le dijo a Marmota:
—Abuela, a partir de ahora no tendrás que pasar tan malos ratos pescando. No tendrás más que ir a la desembocadura del río y tomar cualquier tipo de pez que te apetezca.
Marmota se fue a ver lo que había hecho y, cuando llegó, vio que la trampa estaba llena de todo tipo de peces, tantos que estaban amontonados unos con otros. Después de ver aquello, Marmota regresó al wigwam y dijo:
—Nieto, no has hecho bien. De ese modo, todos los peces serán aniquilados. ¿Y de qué vivirán nuestros descendientes en el futuro? Ya tenemos mucho pescado, tanto como necesitamos, de modo que ve allí y suéltalos a todos.
Y Gluskabe se levantó y dijo:
—Tienes razón, abuela. Iré y les abriré la trampa.
Contado por una persona mayor del Pueblo Penobscot y registrado al dictado por Frank G. Speck (1935).
Dominio Público.
Comentarios
Con esta historia, mantenemos nuestro compromiso de no incurrir en apropiación cultural de materiales pertenecientes a pueblos que fueron colonizados y tratados injustamente por las naciones europeas. En este caso, la historia fue libremente compartida por un anciano u anciana del Pueblo Penobscot con un investigador cultural norteamericano, Frank G. Speck. Además, sabemos que Speck realizó una transcripción fiel del original oral en tanto en cuanto señala que
Los mitos más importantes, los relativos a los orígenes y a los personajes embaucadores y transformadores de la tradición penobscot se recogieron al dictado de Newell Lion (…). Las historias de la actual colección se han obtenido en momentos distintos a partir de diferentes informantes. Entre ellos cabría mencionar los nombres del Gobernador (Jefe) Piel Nicola, Gobernador Joe Francis, Joe Solomon, «Buck» Andrew, Charley «Daylight», la señora Alice Swassion, «Big Frank» Dana (Denis), Gobernador Newell Francis, Joe Francis, John Neptune, Gobernador Sabatis Francis, John Susup y Gabe Paul. (Speck, 1935, pp. 33-34)
No sabemos quién de ellos sería el que transmitiría este mito penobscot a Speck –probablemente Newell Lion–, pero sí sabemos, al menos, que es una transcripción literal de boca de un anciano o anciana de este pueblo, que compartió generosamente este valioso material de su tradición oral.
Nos encontramos, una vez más, con un relato de esa figura legendaria de los Pueblos Wabanaki a la que denominaron indistintamente como Glooscap, Gluskabe, Glooskap, Gluscabi, Koluscap o Kloskomba. De él hemos hablado en otros relatos de la Colección.
Lo llamativo de la historia que compartimos aquí es que es un relato tradicional capaz de ilustrar gran parte de los principios y valores de la Carta de la Tierra. Concretamente, nos permite ilustrar cuatro principios, 13 subprincipios y siete fragmentos distintos del preámbulo y del epílogo del documento.
El Pueblo Penobscot pertenece a la Confederación Wabanaki o Abenaki, compuesta por una serie de pueblos originarios entre los que se encuentran los passamaquoddy, wolastoqiyik (maliseet), mi’kmaq y penobscot, que comparten no sólo la raíz lingüística algonquina, sino también un personaje mítico de tan gran importancia cultural en el mundo como el célebre Glooscap.
Los penobscot siguen habitando –desde hace más de 10.000 años– la zona septentrional del estado de Maine, junto a la frontera con Canadá en New Brunswick, y cuentan actualmente con una población registrada de 2.398 personas. Los penobscot tienen a gala poseer el gobierno continuo más antiguo del hemisferio occidental (Wabanaki Alliance, sf).
Fuentes
- Speck, F. G. (1935). Penobscot tales and religious beliefs. Journal of American Folk-lore, 48(187), 1-107.
- Wabanaki Alliance (sf). Penobscot Nation, penawahpkekeyak. Disponible en https://www.wabanakialliance.com/penobscot-nation/
Texto asociado de la Carta de la Tierra
Principio 14: Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.
Otros fragmentos de la Carta que puede ilustrar
Preámbulo: En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.
Preámbulo – La Tierra, nuestro hogar: La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio.
Preámbulo – Los retos venideros: Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más.
Preámbulo – Los retos venideros: Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente.
Preámbulo – Responsabilidad universal: Todos compartimos una responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente en su amplitud.
Principio 4: Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras.
Principio 4a: Reconocer que la libertad de acción de cada generación se encuentra condicionada por las necesidades de las generaciones futuras.
Principio 4b: Transmitir a las futuras generaciones valores, tradiciones e instituciones, que apoyen la prosperidad a largo plazo, de las comunidades humanas y ecológicas de la Tierra.
Principio 5e: Manejar el uso de recursos renovables como el agua, la tierra, los productos forestales y la vida marina, de manera que no se excedan las posibilidades de regeneración y se proteja la salud de los ecosistemas.
Principio 6a: Tomar medidas para evitar la posibilidad de daños ambientales graves o irreversibles, aun cuando el conocimiento científico sea incompleto o inconcluso.
Principio 6c: Asegurar que la toma de decisiones contemple las consecuencias acumulativas, a largo término, indirectas, de larga distancia y globales de las actividades humanas.
Principio 7: Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.
Principio 7f: Adoptar formas de vida que pongan énfasis en la calidad de vida y en la suficiencia material en un mundo finito.
Principio 8: Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido.
Principio 8b: Reconocer y preservar el conocimiento tradicional y la sabiduría espiritual en todas las culturas que contribuyen a la protección ambiental y al bienestar humano.
Principio 8c: Asegurar que la información de vital importancia para la salud humana y la protección ambiental, incluyendo la información genética, esté disponible en el dominio público.
Principio 9b: Habilitar a todos los seres humanos con la educación y con los recursos requeridos para que alcancen un modo de vida sostenible y proveer la seguridad social y las redes de apoyo requeridos para quienes no puedan mantenerse por sí mismos.
Principio 12b: Afirmar el derecho de los pueblos indígenas a su espiritualidad, conocimientos, tierras y recursos y a sus prácticas vinculadas a un modo de vida sostenible.
Principìo 12c: Honrar y apoyar a los jóvenes de nuestras comunidades, habilitándolos para que ejerzan su papel esencial en la creación de sociedades sostenibles.
Principio 14a: Brindar a todos, especialmente a los niños y los jóvenes, oportunidades educativas que les capaciten para contribuir activamente al desarrollo sostenible.
Principio 15c: Evitar o eliminar, hasta donde sea posible, la toma o destrucción de especies por simple diversión, negligencia o desconocimiento.
El camino hacia adelante: La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes. Ello puede implicar decisiones difíciles; sin embargo, se debe buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad; el ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo plazo.
El camino hacia adelante: Todo individuo, familia, organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir.