Gluskap y la Gran Ave del Viento

Pueblo Passamaquoddy – Canadá y Estados Unidos

 

Los Passamaquoddy creen que existe una gran ave, a la que llaman Wochowsen o Wuchowsen, que significa Soplo del Viento o La Que Sopla el Viento, que vive en el lejano norte y se posa sobre una gran roca al final del cielo. Y la llaman así debido a que cada vez que mueve las alas sopla el viento.

Cuando Gluskap estaba entre los seres humanos, solía salir a navegar con su canoa, llevando su arco y sus flechas para cazar aves marinas. Pero hubo una temporada en que el viento soplaba a diario y cada vez lo hacía con más fuerza, hasta que finalmente el viento se hizo tempestuoso… y Gluskap ya no pudo salir con su canoa. Entonces dijo:

—¡Wuchowsen, la Gran Ave, es la causante!

De modo que se fue a buscarla. Le llevó mucho tiempo llegar hasta su morada, y la encontró posada sobre una roca elevada. Era una gran ave blanca.

—Abuelo –dijo Gluskap–, no tienes compasión de tus koosesek, de tus nietos. Estás haciendo demasiado viento, y hasta has provocado un temporal. ¡Es excesivo! No aventes tanto con las alas.

Y la gigantesca ave respondió:

—Estoy aquí desde tiempos ancestrales. En los primeros días, antes que nadie pronunciara palabra alguna, empecé a mover las alas, y mía fue la primera voz que se escuchó. De modo que moveré siempre las alas, según me dicte mi voluntad.

Y, entonces, Gluskap se alzó con toda su fuerza, se elevó hasta las nubes y, agarrando a la Gran Ave gigante Wuchowsen como si fuera un pato, le ató las alas y la arrojó en una profunda sima entre las rocas, dejándola allí postrada.

Pero, entonces, los passamaquody dejaron de salir con sus canoas en sus habituales y largas jornadas, pues se hizo una calma absoluta durante semanas, y luego meses; y, con ello, todas las aguas se estancaron. Se hicieron tan espesas que Gluskap no podía remar en su canoa, de modo que se acordó de la Gran Ave y se fue a verla.

La encontró tal como la había dejado, pues Wuchowsen es inmortal. De modo que, sacándola de la sima, la puso en su roca de nuevo y le desató las alas. Desde entonces, lo vientos no han sido tan terribles como antaño.

 

Adaptación de Louis Mitchell, miembro passamaquoddy de la Legislatura de Maine (1884).

Dominio Público.

 

Comentarios

De esta historia, publicada en 1884 por Charles Leland, dice su autor: «Este [relato] de Wuchowsen pertenece a la colección manuscrita passamaquoddy de Louis Mitchell. Es incuestionablemente el original» (Leland, 1884, p. 113).

Es decir, considera esta versión de Mitchell una versión original, siendo «Louis Mitchell, miembro indígena de la Legislatura de Maine», y añade: «Estoy en deuda con este caballero por sus manuscritos, cartas y narraciones orales, que son de gran valor» (ibid., p. ix).

Debemos señalar no obstante que la transcripción que hemos hecho no es exacta, dado que, tanto en la transcripción en el original inglés como en la traducción al castellano, hemos cambiado el término Indians, «indios», por el gentilicio del pueblo al que pertenece esta historia Passamaquoddies. Su nombre es un anglicismo de una palabra de este pueblo, peskotomuhkati, forma pronominal de Peskotomuhkat (pestəmohkat), que es como los miembros de esta etnia se denominan a sí mismos, y que significa «arponero de abadejos» o «aquéllos del lugar donde el abadejo es abundante» (Passamaquoddy, 2022).

Los passamaquoddy son una tribu perteneciente al grupo lingüístico algonquino, que formaron parte de la confederación de tribus abenaki –de wabunaki, «los que viven a la salida del Sol», en la Península de New Brunswick, en Canadá, y Maine, en Estados Unidos.

Este pueblo originario de América –se estima que habitan esta región de América del Norte desde hace más de 10.000 años– estuvo a punto de desaparecer con la llegada de los colonos europeos. Sólo en el siglo XVI, debido a enfermedades como la viruela y el tifus, los passamaquody pasaron de ser más de 20.000 personas a sólo 4.000 (ibid.). Para 1804 quedaban sólo 130 individuos. Fue a partir de aquí que comenzó a aumentar su número, si bien, en 1910, la población de esta etnia se estimaba todavía en 386 personas (Passamaquoddy, 2024).

En la actualidad, su población se estima en unas 6.000 personas, si bien se enfrentan ahora a la progresiva desaparición de su idioma, un lenguaje que se ha hablado durante más de 9.000 años. El gran problema al que se enfrentan es el escaso número de hablantes, que impide la necesaria inmersión lingüística de los niños passamaquoddy, sin la cual su desaparición sería inevitable (Grabin, 2012).

 

Queremos expresar nuestro agradecimiento a M. C., miembro del Pueblo L’un (Mi’kmaq), cuya generosidad nos ha permitido encontrar adaptaciones de relatos de Gluskap pertenecientes a storytellers originarios.

 

Fuentes

  • Grabin, G. (2012). The last word. Salt Story Archive. https://salt.historyit.com/projectview.php?id=21382
  • Mitchell, L. (1884). How Glooskap bound Wuchowsen, the Great Wind-Bird, and made all the waters in all the world stagnant. En Leland, C. G., Algonquin Legends of New England (pp. 111-112). Londres: Sampson Low, Marston, Searle & Rivington.
  • Passamaquoddy (2022, Nov 18). En New World Encyclopedia. https://www.newworldencyclopedia.org/entry/Passamaquoddy
  • Passamaquoddy (2024, Dic 4). En Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Passamaquoddy

 

Texto asociado de la Carta de la Tierra

Principio 8: Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido.

 

Otros fragmentos de la Carta que puede ilustrar

Principio 5: Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida.

Principio 5c: Promover la recuperación de especies y ecosistemas en peligro.

Principio 6: Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución.

Principio 6a: Tomar medidas para evitar la posibilidad de daños ambientales graves o irreversibles, aun cuando el conocimiento científico sea incompleto o inconcluso.

Principio 6c: Asegurar que la toma de decisiones contemple las consecuencias acumulativas, a largo término, indirectas, de larga distancia y globales de las actividades humanas.

Principio 8b: Reconocer y preservar el conocimiento tradicional y la sabiduría espiritual en todas las culturas que contribuyen a la protección ambiental y al bienestar humano.