La anciana bondadosa

Pueblo Hausa – Nigeria y Níger

 

Hubo una vez una anciana que iba al bosque todos los días a buscar leña. Un día, mientras recogía ramas caídas de los árboles, escucho un gemido grave. Parecía un animal grande. Al principio se asustó, pero luego, al escucharlo de nuevo, pensó: «Ese animal, sea cual sea, lo está pasando mal».

Y como la mujer tenía un buen corazón y se compadecía de todos los seres vivos, decidió arriesgarse y se dirigió hacia el lugar de donde venía el sonido. Finalmente, se encontró con un toro enorme, que parecía estar muy enfermo.

—No te preocupes –dijo mientras le acariciaba la cabeza–. Yo cuidaré de ti. Conozco todo tipo de curas para toda clase de enfermedades.

Y, de algún modo, el pobre toro la entendió. Recurriendo a toda la fuerza que le quedaba, el animal se puso en pie, tambaleándose, para luego seguir a la anciana hasta su casa.

Por el camino, se cruzaron con el antiguo dueño del toro.

—¡Eh, anciana! ¿Adónde te llevas a mi toro? –gritó el hombre, entre sorprendido y molesto.

La anciana se irguió, enderezando su vieja espalda como una espada, y habló con una lengua igualmente de afilada:

—Oye, tú, escúchame bien. El toro estaba abandonado, y estaba sufriendo.

—Tienes razón –admitió el hombre–. Está muy enfermo, y apesta. Ya no soportábamos su hedor, así que lo llevamos al bosque para que acabara allí sus días.

Cuando oyó aquello, a la anciana se le llenaron los ojos de fuego.

—Abandonar a una criatura que te ha servido bien está muy mal –le dijo señalándole con el dedo–, aunque se esté muriendo. Me lo llevo a mi casa y voy a cuidar yo de él.

—¡Estás perdiendo el tiempo, abuela! –se burló de ella el hombre mientras sacudía la cabeza– No se va a recuperar.

La anciana siguió su camino, acompañada por el toro, mientras los aldeanos la elogiaban entre susurros y le mostraban su apoyo al pasar.

Cuando llegó a casa, lavó al toro, le dio agua y medicinas, y le hizo un cómodo lecho de paja. Con el paso de los días, el toro fue ganando fuerza, y su pelaje, antes apagado, se volvió brillante. A los aldeanos les maravillaba la buena fortuna de la anciana.

Se corrió la voz con rapidez, hasta que llegó a oídos del anterior dueño del toro, que fue a la casa de la anciana a exigirle que le devolviera tan valioso animal. Pero la anciana se plantó y le dijo con firmeza:

 

«En la enfermedad y la más profunda desesperación,

al toro abandonaste y lo dejaste llorar.

Yo lo alimenté con afecto y cariño,

la fuerza y la majestuosidad le devolví.

No vagará más, pues conmigo se va a quedar.

Ya no es tuyo. Ha encontrado un nuevo hogar.»

 

Los aldeanos aclamaron a la anciana.

—¡Lárgate de aquí! –gritaron al anterior dueño levantando los puños– ¡No te puedes llevar el toro! Lo dejaste en el bosque para que muriera porque no podías soportar su hedor, pero la anciana lo salvó con su bondad y su buen hacer. Ahora le pertenece a ella.

Sintiéndose avergonzado y en inferioridad frente a todos los aldeanos, el anterior dueño se retiró con la cabeza gacha.

 

Adaptación de Umar Isa Dandago y Bertie Fraser (2024).

Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA.

 

Comentarios

La etnia hausa, de la cual procede este relato, es originaria del Sahel, concretamente de las regiones meridionales de Níger y del norte de Nigeria, pero se han difundido por otros muchos países del África Subsahariana colindantes con el Sahel. De hecho, los hausas llevan cruzándose África desde, al menos, hace 500 años, dado que «Los hausas se dedican al comercio de largas distancias desde hace siglos» (Sabiu et al., 2018, p. 182). Esto parece haberles convertido en el grupo étnico más grande de África Occidental, con en torno a 90 millones de personas, si bien

La nación hausa ha evolucionado a partir de la incorporación, a lo largo de cientos de años, de muchos pueblos distintos que se unieron a la cepa [étnica] original. Les une la lengua común y su adherencia a una religión común, el islam. (Fellow, 1997)

Su lengua es, junto con el swahili, la lengua más hablada de África, además de ser la lengua franca de África Occidental.

 

Queremos agradecer encarecidamente a Bertie Fraser y a Storynory.com la cesión de esta historia hausa, adaptada por Umar Isa Dandago y con corrección de estilo de Fraser, pues nos ha permitido mantener nuestro compromiso de incluir relatos de pueblos que fueron colonizados por las naciones europeas sin incurrir en apropiación cultural.

Debemos decir, no obstante, que hemos reducido considerablemente la historia original de Dandago para ajustarnos a la sección que ilustra en mayor medida los principios y valores de la Carta de la Tierra. En cualquier caso, se puede encontrar la historia original completa, e incluso un audio de la misma, en el enlace de Storynory que figura en la sección de Fuentes.

Así mismo, damos las gracias a Victor Matthew Ayegba, del Pueblo Hausa en Kano, Nigeria, por abrirnos la puerta al fascinante mundo de los pueblos subsaharianos, y por su apasionado apoyo a esta Colección.

 

Fuentes

  • Dandago, U. I. & Fraser, B. (2024). The Kind Old Woman. Storynory.com. Disponible en https://www.storynory.com/the-kind-old-woman/
  • Fellow, D. (1997). Culture summary: Hausa. HRAF. https://ehrafworldcultures.yale.edu/document?id=ms12-000
  • Sabiu, I. T.; Zainol, F. A. and Abdullahi, M. S. (2018). Hausa people of northern Nigeria and their development. Asian People Journal, 1(1), pp. 179-189.

 

Texto asociado de la Carta de la Tierra

Principio 15: Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.

 

Otros fragmentos de la Carta que puede ilustrar

Principio 1a: Reconocer que todos los seres son interdependientes y que toda forma de vida tiene valor, independientemente de su utilidad para los seres humanos.

Principio 2: Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.

Principio 2a: Aceptar que el derecho a poseer, administrar y utilizar los recursos naturales conduce hacia el deber de prevenir daños ambientales y proteger los derechos de las personas.

Principio 7e: Asegurar el acceso universal al cuidado de la salud que fomente la salud reproductiva y la reproducción responsable.

Principio 15a: Prevenir la crueldad contra los animales que se mantengan en las sociedades humanas y protegerlos del sufrimiento.