La barbacha: Origen del Inkal Awá

Pueblo Inkal Awá – Colombia / Ecuador

 

Los Awá somos hijos de la montaña; nuestros padres son dos barbachas, una blanca y una negra que se encontraban en un árbol ubicado en la cabecera y a la orilla del río Chatanalpí, somos de la unión de las dos barbachas, de allí el nombre Inkal Awá que traduce gente de la montaña o selva, y nuestra misión es cuidar la naturaleza.

Los Awá somos una misma realidad: lo que suceda a la montaña le sucede al Awá; no podemos vivir el uno sin la otra. Somos gente de la montaña o selva, somos Inkal Awá. Fundamentalmente, nuestra razón de ser, nuestro origen e identidad, nuestra sabiduría y nuestra autonomía en la montaña, en la biodiversidad del territorio.

Desde nuestra cosmovisión las historias de origen y los espíritus dan cuenta de que todos los seres y componentes de la naturaleza están relacionados con el hombre y las voluntades propias en las diferentes esferas del mundo Awá, como los dueños de animales, árboles y demás seres de la montaña y están protegidos mediante señales, sonidos, ruidos, avisos, normas y castigos. Las historias revelan los acuerdos vigentes y existen para mantener el equilibrio con nuestro territorio y con los seres espirituales que habitan ahí, en una relación de respeto.

Los espíritus que viven en la montaña, y especialmente los dueños de algunos animales de cacería, como los marranos o las aves grandes; los propietarios de algunas plantas o frutos como la guayaba o el plátano maduro o los amos de sitios sagrados como los charcos grandes o las chorreras, también hacen cumplir su propia Ley.

(…)

En un principio el mundo solo estaba habitado por árboles, por donde quiera se encontraba con la espesura de la selva.

Un día, de un árbol o ti en especial, comenzó a brotar una barbacha[1] negra o titkaya Tipuh. Aquella barbacha creció y creció alargándose de tal manera que pronto alcanzaría el suelo. Cuando aquella barbacha negra alcanzó a tocar la tierra, tomó la figura humana; se convirtió en el primer hombre que poblaría en aquellas selvas y al que se llamó Atim Awá.

Aquel hombre aprendió a vivir en la «montaña» a comer sus frutos, pescar y cazar los animales, este primer Awá se caracterizó por tener una gran altura, piel oscura y nariz grande, pero su principal don era el de poder hablar con todos los árboles.

En aquel tiempo los árboles podían charlar entre ellos y así mismo con el Atim Awá. De estas conversaciones, entre el primer hombre y las plantas, se transmitieron todos los secretos y sabidurías que guarda la «montaña»; cada día algún árbol enseñaba algo distinto para poder sobrevivir.

Los años pasaron y pasaron, y este hombre primigenio empezó a envejecer y con una profunda tristeza de estar solo y no poder compartir con otros semejantes a él. Un día, de aquel primer árbol de donde años atrás había brotado el Atim Awá, comenzó a surgir una barbacha, esta vez blanca o pucha Tipuh. De la misma manera, las barbachas se fueron alargando y alargando hasta alcanzar el suelo. Al tocar la tierra aquella barbacha tomó la forma de una mujer, la primera Ashampa.

[1] Planta epífita que crece y vive en los árboles, y cuelga de sus ramas con forma de cabellos o barbas.

 

Palabras de personas de la etnia Awá recogidas por Bayron Rodrigo Arcos Meza (2013) y Paula Andrea Mora Pedreros (2012).

Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA.

Comentarios

El texto que se ofrece arriba no ha sufrido ningún tipo de adaptación por parte de personas ajenas a la etnia Inkal Awá. Esto quiere decir que hemos mantenido el respeto cultural al que nos comprometimos originalmente en la Colección. De hecho, los cuatro primeros párrafos pertenecen a Mora Pedreros (2012, pp. 20 y 40), mientras que la segunda parte del relato se recoge de Arcos Meza (2013, pp. 50-51), habiendo recogido ambos autores sus textos de personas pertenecientes a la etnia Awá.

La palabra Inkal se ha traducido en castellano por «montaña», de ahí que se tenga a los Inkal Awá por el «Pueblo de la Montaña». Sin embargo, para los Awá, la palabra Inkal no remite exactamente a la montaña, sino a la selva y los árboles. De hecho, como señala Arcos Meza (2013, p. 56), «cuando a un muchacho Awá se le pide que tome un lápiz y papel para dibujar Inkal inmediatamente reproduce un dibujo donde es representada la selva y en medio de ella destaca un gran árbol». Así, podríamos traducir mejor la expresión Inkal Awá como «Pueblo de los Árboles» o «Pueblo del Árbol».

El pueblo Inkal Awá está en peligro de exterminio físico y cultural, según la Corte Constitucional de Colombia. De hecho, en el conflicto armado de Colombia, los Awá tuvieron que realizar desplazamientos masivos para huir de los combates armados, y en el año 2009 fueron masacrados en dos ocasiones, en las que fueron asesinados 29 awás, entre ellos ocho menores de edad (Reina, 2011). Sin embargo, los asesinatos de líderes indígenas awá han continuado desde entonces, contabilizándose 29 asesinatos entre 2016 y 2019, intentando defender sus derechos y sus tierras frente al control territorial y de la población de distintos grupos enfrentados en Colombia y frente a las grandes empresas mineras y agroindustriales que desean introducirse en sus territorios (UNIPA, 2019).

 

Fuentes

  • Arcos Meza, B. R. (2013). Mito y educación en la cultura del pueblo Inkal Awá. Historia de la Educación Colombiana, 16(16), 47-62.
  • Mora Pedreros, P. A. (2012). Palabra y letra del pueblo awá (Trabajo fin de máster). Universidad de Nariño. San Juan de Pasto, Colombia.
  • Reina, J. (2011 Sept. 19). «Nosotros somos Inkal Awá, hijos de la montaña, y sin el territorio no somos nada». ACNUR España. Disponible en https://www.acnur.org/noticias/noticia/2011/9/5b0c19eb12/nosotros-somos-inkal-awa-hijos-de-la-montana-y-sin-el-territorio-no-somos-nada.html
  • UNIPA (2019 Jun. 11). Asesinatos y amenazas a líderes y comuneros profundiza crisis humanitaria del pueblo indígena Awá. Asociación Minga. Disponible en https://asociacionminga.co/index.php/2019/06/11/asesinatos-y-amenazas-a-lideres-y-comuneros-profundiza-crisis-humanitaria-del-pueblo-indigena-awa/

 

Texto asociado de la Carta de la Tierra

Preámbulo: La Tierra, nuestro hogar.- La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo.

 

Otros fragmentos de la Carta que puede ilustrar

Preámbulo: En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.

 

Preámbulo: Los retos venideros.- La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida.

 

Preámbulo: Responsabilidad universal.- Para llevar a cabo estas aspiraciones, debemos tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras comunidades locales.

 

Principio 1a: Reconocer que todos los seres son interdependientes y que toda forma de vida tiene valor, independientemente de su utilidad para los seres humanos.

 

Principio 13f: Fortalecer las comunidades locales, habilitándolas para que puedan cuidar sus propios ambientes y asignar la responsabilidad ambiental en aquellos niveles de gobierno en donde puedan llevarse a cabo de manera más efectiva.