La leyenda de los Guerreros del Arco Iris

Navajo, Hopi, Ojibwa, Cree, Anishinaabe, Lakota

 

En las tradiciones nativas americanas, el arco iris ocupa, simbólicamente, un lugar especial.

Camina sobre el sendero del arco iris; camina sobre un sendero de cantos, y todo a tu alrededor se llenará de belleza. Toda niebla, por oscura que sea, tiene un camino de salida, sobre un sendero arco iris.
―Canción del Pueblo Navajo

De hecho, el arco iris es un símbolo del Espíritu y de la unión de los pueblos:

Como nativos americanos, creemos que el Arco Iris es un símbolo del Espíritu en todas las cosas. Es un símbolo de la unión de todos los pueblos, como una gran familia. La unidad de toda la humanidad, muchas tribus y pueblos, es esencial.
―Thomas Banyacya, portavoz de los ancianos tradicionales del Pueblo Hopi

 

Las profecías nativas dicen que gentes mestizas y blancas con el cabello largo y collares de cuentas vendrían a los sanadores nativos en busca de orientación… Las profecías dicen que estas almas regresarían como el pueblo del Arco Iris, en cuerpos de diferentes colores: rojo, blanco, amarillo y negro. La gente de la antigüedad decía que volverían y se unirían para restablecer el equilibrio de la Tierra.
Son muchos los pueblos que cuentan la historia de estos Guerreros del Arco Iris, y la cuentan de diferentes maneras. Creemos que estamos ya en ese tiempo en que los Guerreros del Arco Iris están viniendo. (…) El tiempo en que tendremos que reconocer que todos somos seres humanos sobre un mismo planeta, y eso es de lo que va la historia de los Guerreros del Arco Iris.
―Sun Bear, maestro y escritor ojibwe

Un buen resumen de las distintas leyendas de los Guerreros del Arco Iris la encontramos en el libro de Steven McFadden, Legend of the Rainvow Warriors, escrito en 1987, donde afirma que estas leyendas las transmitieron generaciones atrás “visionarios” nativos americanos.

Gentes de piel clara llegarán desde oriente por el mar en enormes canoas propulsadas por unas enormes alas blancas (…). Las personas que saldrán de esas canoas serán también como las aves (…). Tendrán una pata como de paloma, y la otra como de águila. La pata de paloma representará una religión nueva y hermosa basada en el amor y la bondad, y la pata de águila representará la fuerza, la tecnología y el poder. La afilada garra de águila predominará (…) desgarrarán con ella a las Naciones Rojas, explotándolas y esclavizándolas.
Tras ofrecer diversos grados de resistencia a esta agresión, los indios parecerán perder su espíritu y serán recluidos como ganado en enclaves pequeños y baldíos. Ése será su mundo durante muchos años: pobreza, sufrimiento y falta de respeto. Después, pasado un tiempo, el mundo enfermará. Debido a una codicia desmedida, la Tierra se llenará de líquidos y metales mortíferos, el aire se volverá repugnante por el humo y las cenizas, e incluso las lluvias (…) se convertirán en gotas venenosas. Las aves caerán muertas del cielo. Los peces emergerán de las aguas panza arriba. Los bosques morirán. Se abrirá un agujero en el cielo. Las guerras circundarán el mundo. El clima se tambaleará de manera salvaje. Cada vez habrá más caos (…) en el mundo.
Cuando empiecen a ocurrir estas cosas, los pueblos indios se hallarán en un estado de completa indefensión. Pero entonces la Luz vendrá de Oriente, y los nativos comenzarán a hallar su fuerza, su orgullo y su sabiduría. Y lo mismo ocurrirá con sus hermanos y hermanas de otras naciones –blancas, amarillas y negras–, que sentirán con fuerza la llamada del Espíritu. Comprenderán que es la Tierra la que nos da el agua, la comida, la ropa, el refugio y la belleza necesarias para el círculo de la vida. Estas almas despiertas se encontrarán unas a otras, y juntas enseñarán a todos los pueblos del mundo a respetar a la Madre Tierra, de quien procedemos todos los seres humanos. El respeto se impondrá.
Bajo el símbolo del arco iris, todas las razas y religiones se unirán para difundir la gran sabiduría de vivir en armonía entre sí y con todas las creaciones del mundo, restaurando así el Círculo Sagrado. Las personas que transmitirán todo esto serán los Guerreros del Arco Iris; pero, aun siendo guerreros, no harán ningún daño. Utilizando exclusivamente medios pacíficos, y convirtiéndose en ejemplo del correcto vivir, tras una gran lucha conseguirán poner fin a la destrucción y profanación de la Tierra.
Muchos y grandes serán los trabajos de los Guerreros del Arco Iris. Habrá montañas de ignorancia que superar, y se tendrán que enfrentar a los prejuicios y el odio. Tendrán que consagrarse a la causa, inquebrantables en su fortaleza, y deberán ser de corazón fuerte. Pero se encontrarán con corazones y mentes dispuestas que los seguirán en el sendero de la sanación. La paz y la abundancia reinarán a través de una larga y gozosa Edad de Oro.

Pero existe una versión de la leyenda que guardaría una relación muy estrecha con los relatos tradicionales y la narración de historias. Se trata de la versión del pueblo cree, transmitida por la escritora de origen cheroqui Lelanie Fuller-Anderson en 2011. La versión cree de la leyenda dice:

Hubo una vez una anciana dama de la tribu cree llamada “Ojos de Fuego”, que profetizó que, un día, debido a la codicia de los hombres blancos o Yo-ne-gis, llegaría un tiempo en que los peces morirían en los ríos, las aves caerían del cielo, las aguas se oscurecerían y los árboles no podrían vivir, mientras la humanidad, tal como la conocemos, no podría hacer otra cosa que dejar de existir.
Decía que llegaría un tiempo en que “los custodios de las leyendas, las historias, los rituales culturales y los mitos, y de todas las Costumbres Tribales Antiguas” serían necesarios para devolvernos la salud. Estas personas serían la clave de la supervivencia de la humanidad, y se les llamaría “LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS”. (…) todos los pueblos de todas las tribus crearían un Nuevo Mundo de Justicia, Paz, Libertad y reconocimiento del Gran Espíritu.
(…) “LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS” mostrarán a los pueblos (…) el modo de devolverle la belleza a la Tierra (…). Estos Guerreros le darán a la gente principios o reglas a seguir para enderezar su camino en el mundo. Estos principios serán los de las Tribus Antiguas. “LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS” les enseñarán a los pueblos las antiguas prácticas de la Unidad, el Amor y el Entendimiento. Enseñarán la Armonía entre los pueblos en los cuatro rincones de la Tierra.
(…)
Sus hijas e hijos podrán correr de nuevo libremente y disfrutar de los tesoros de la Naturaleza y la Madre Tierra. Volverán a sentirse libres de temores, de toxinas y destrucción, traídos por los Yo-ne-gis y su codicia. Los ríos volverán a correr limpios, los bosques serán abundantes y hermosos, los animales y las aves se recuperarán. Se respetarán de nuevo los poderes de las plantas y de los animales, y se convertirá en una forma de vida el conservar todo cuanto sea hermoso.
Los pobres, los enfermos y los menesterosos recibirán atenciones y cuidados de sus hermanos y hermanas de la Tierra. (…) Aquéllos que demuestren su amor, su sabiduría y su coraje, y aquéllos que demuestren que pueden trabajar por el bien de todos, serán elegidos como líderes o Jefes. (…)
Muchos y grandes serán los trabajos de estos “GUERREROS (…). Habrá montañas aterradoras de ignorancia que superar, y se tendrán que enfrentar a prejuicios y odios. Tendrán que consagrarse a la causa, inquebrantables en su fortaleza, y deberán ser de corazón fuerte. Pero se encontrarán con corazones y mentes dispuestas, que los seguirán en el empeño por devolver la belleza y la abundancia a la “Madre Tierra” una vez más.
Llegará el día, no está muy lejos, el día en que deberemos nuestra existencia al pueblo de todas las tribus, “LOS GUERREROS DEL ARCO IRIS”, que habrán conservado su cultura y su legado; aquellas personas que habrán conservado con vida los rituales, las historias, las leyendas y los mitos. Será con estos conocimientos, los conocimientos que ellos habrán preservado, como volveremos a la “armonía” con la Naturaleza, la Madre Tierra y la humanidad. Será con estos conocimientos como encontraremos la “Clave de Nuestra Supervivencia”.
(…)

Sin utilizar exactamente el término Guerreros del Arco Iris, pero ofreciendo un relato de los hechos muy similar, los pueblos anishinaabe de la zona de los Grandes Lagos hablan de la Profecía de los Siete Fuegos. Esta profecía es anterior a la llegada de los europeos, y se halla registrada y codificada espiritualmente en el Cinturón Wampum de los Siete Fuegos, un objeto ritual y ceremonial compuesto por sartas de cuentas que se ha transmitido de custodio en custodio durante cientos de años. En el libro de Edward Benton-Banai, The Mishomis Book: The Voice of the Ojibway, de 1988, hablando del Séptimo Profeta, el último, esta profecía añade:

Se dice que el Séptimo Profeta que vino al pueblo hace mucho tiempo era diferente de los otros profetas, pues a éste se le describió como “joven y con una extraña luz en los ojos” y dijo:
“En los tiempos del Séptimo Fuego emergerá un Nuevo Pueblo, que volverá sobre sus pasos para encontrar lo que perdieron en el camino. Sus pasos les llevarán hasta los Ancianos, a quienes les pedirán orientación en su viaje. Pero muchos de los Ancianos se habrán quedado dormidos, y despertarán en estos nuevos tiempos sin nada que ofrecer. Otros Ancianos guardarán silencio porque nadie les pedirá nada. El Nuevo Pueblo deberá tener cuidado en el modo en que se acercan a los Ancianos. El trabajo del Nuevo Pueblo no va a ser fácil.
“Pero, si el Nuevo Pueblo no desfallece en su búsqueda, el Tambor de Agua de la Cabaña Midewiwin volverá a hacer oír su voz. La Nación Anishinaabe renacerá y las viejas llamas se reavivarán. Se encenderá de nuevo el Fuego Sagrado.
“Es en este tiempo en que a la raza de piel clara se le dará a elegir entre dos caminos. Si eligen el camino correcto, el Séptimo Fuego encenderá el Octavo Fuego, el último, un fuego eterno de paz, amor, y hermandad. Si la raza de piel clara elige el camino equivocado, la destrucción que trajeron consigo al venir a estas tierras regresará a ellos y causará mucho sufrimiento y muerte a todos los pueblos de la Tierra”.

Comentando sobre la profecía, William Commanda, portador y custodio del Cinturón Wampum y la Profecía de los Siete Fuegos, y fundador del Círculo de Todas las Naciones, diría:

En la época del Séptimo Fuego, un Nuevo Pueblo emergerá. Volverán sobre sus pasos para encontrar la sabiduría que dejaron a un lado del camino mucho tiempo atrás. Sus pasos les llevarán hasta los ancianos, a quienes les pedirán orientación en su viaje. Si el Nuevo Pueblo no desfallece en su búsqueda, el tambor sagrado volverá a hacer oír su voz. La gente despertará y se encenderá de nuevo el fuego sagrado. En ese momento, se le dará a elegir a la raza de piel clara entre dos caminos. Uno de ellos es el camino de la codicia y la tecnología sin sabiduría ni respeto por la vida. Este camino aboca a la destrucción. El otro camino es la espiritualidad, un sendero más lento que lleva al respeto por todos los seres vivos. Si elegimos el sendero espiritual, podremos encender aún otro fuego, el Octavo Fuego, comenzando así un largo período de Paz y de sano crecimiento.

A este respecto, William Commanda diría en agosto de 2002: ‘Ha llegado el momento de encender el Octavo Fuego.’

Sin utilizar tampoco el término “Guerreros del Arco Iris”, pero en una vena muy similar, se habla también de la profecía de Caballo Loco, el líder lakota oglala, reconocido por su valor en la batalla, que venció, junto con el Jefe Toro Sentado, al Séptimo de Caballería del General Custer en la Batalla de Little Big Horn, en 1876. Se dice que Caballo Loco era, además, un hombre de una profunda espiritualidad, algo parecido a lo que en la cultura europea habrían llamado un místico guerrero. Y se dice (Brown, 1974; McFadden, 1989) que, cuatro días antes de ser asesinado a bayonetazos por soldados del ejército norteamericano, mientras estaba preso y desarmado, Caballo Loco hizo una importante declaración.

Esta profecía la transmitió el jefe Joe Chasing Horse (Caballo Perseguidor), familiar de Caballo Loco. Él la tradujo de las palabras escuchadas a una abuela que estuvo presente cuando se pronunció la profecía.
Se trata de una declaración que hizo Caballo Loco en Paha Sapa, mientras fumaba la pipa sagrada por última vez con Toro Sentado, cuatro días antes de ser asesinado.
Muchas de estas palabras se han repetido una y otra vez, pero muchas de ellas eluden una línea que sí figura aquí, la referente a los “jóvenes blancos”.
(…)
“Cuando haya ido más allá de todo sufrimiento, la Nación Roja se elevará de nuevo y será una bendición para un mundo enfermo.
“Un mundo lleno de promesas rotas, de egoísmo y de separación.
“Un mundo anhelante nuevamente de luz.
“Veo un tiempo de siete generaciones en que todos los colores de la humanidad se congregarán bajo el sagrado Árbol de la Vida, y toda la Tierra se hará un único círculo de nuevo.
“En ese día habrá entre los lakotas quienes llevarán el conocimiento y la comprensión de la unidad entre todos los seres vivos, y los jóvenes blancos vendrán a aquéllos de mi pueblo y les pedirán su sabiduría.
“Saludo la luz que hay en tus ojos, donde todo el universo mora.
“Pues cuando tú estés en ese centro dentro de ti y yo esté en ese lugar dentro de mí, seremos uno.”
 
Él vio que su pueblo iba a ser llevado a la oscuridad y la pobreza espiritual, mientras los blancos prosperarían materialmente a su alrededor. Pero, incluso en los tiempos más oscuros, él vio que los ojos de unos pocos de su pueblo conservarían la luz del amanecer y la sabiduría de la Tierra, y que la transmitirían a algunos de sus nietos y nietas. Vio la llegada de los automóviles y de los aeroplanos, y vio por dos veces la gran oscuridad, y escuchó los gritos y las explosiones en las que millones de personas morirían, en las dos grandes guerras mundiales.
Pero vio que, después que pasara la segunda gran guerra, llegaría un tiempo en que su pueblo comenzaría a despertar, no de repente, sino unos pocos aquí y otros pocos allí, y luego cada vez más; y vio que danzarían bajo la hermosa luz del Mundo del Espíritu, bajo el Árbol Sagrado, estando todavía en la Tierra. Después, se sorprendió al ver que, danzando bajo el árbol había gentes de todas las razas, que se habían convertido en hermanos y hermanas, y se dio cuenta de que el mundo volvería a hacerse de nuevo, y en paz y armonía, no sólo por parte de su pueblo, sino por miembros de todas las razas de la humanidad.

No deja de llamar la atención que, para el pueblo lakota, cada generación tendría una duración de 20 años. Siendo estas palabras pronunciadas en el año de la muerte de Caballo Loco, es decir, 1877, la séptima generación de la que habla el líder lakota situaría su profecía del Árbol Sagrado en torno a 2017.

 

Fuentes

  • Benton-Banai, E. (1988). The Mishomis Book – The Voice of the Ojibway. St. Paul, BC: Red School House Publishers.
  • Brown, V. (1974). Voices of Earth and Sky. Happy Camp, CA: Naturegraph.
  • Fuller-Anderson, L. (2011). Warriors of the Rainbow. Kindle Publishing
  • McFadden, S. (1989). Legend of the Rainbow Warriors. New York: The Harlem Writers Guild Press.

 

Texto asociado de la Carta de la Tierra

El camino hacia adelante: Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz…

 

Otros fragmentos de la Carta que puede ilustrar

Principio 12c: Honrar y apoyar a los jóvenes de nuestras comunidades, habilitándolos para que ejerzan su papel esencial en la creación de sociedades sostenibles.