Sobre la opresión y la corrupción

Sufismo persa – Irán

 

Se cuenta una anécdota de Núshírván el Justo, uno de los reyes más importantes de la dinastía sasánida, durante el segundo imperio persa, a quien en Occidente se conoce como Cosroes I (siglo VI).

         Cuenta Sa’adi de Shiraz que, en cierta ocasión, durante una partida de caza con sus hombres, mientras preparaban la comida, ordenó a un asistente que fuera a pedir sal a una aldea cercana.

         —Pero paga exactamente lo que te pidan por la sal —le instruyó el rey—, no sea que esto se convierta en costumbre y terminen arruinando a la aldea.

         —Pero, señor —inquirió uno de sus hombres—, ¿qué puede tener de malo no pagar por algo tan insignificante como eso?

         —La opresión y la corrupción se establecieron en el mundo sobre un cimiento minúsculo —respondió el rey—, que fue creciendo con cada uno que lo consideró insignificante, hasta alcanzar su presente grado de enormidad.

         Y Sa’adi comenta, «Si un rey quisiera una manzana del huerto de uno de sus súbditos, siempre habría un sirviente que arrancaría el árbol entero para complacer a su señor. Y si el rey exigiera que le dieran cinco huevos por la fuerza, sus soldados serían capaces de poner en el asador a mil gallinas. Los tiranos y sus secuaces terminan yéndose de este mundo, pero las maldiciones de la humanidad caerán sobre ellos eternamente».

 

Adaptación de Grian A. Cutanda (2018).

Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA.

 

Comentarios

Esta historia es una adaptación del relato número 19 del primer capítulo del Gulistán de Sa’adi de Shiraz, que apareció en inglés ligeramente transformado por William A. Clouston (1890).

 

Fuentes

  • Clouston, W. A. (1890). Flowers from a Persian Garden. London: David Nutt, pp. 21-22.

 

Texto asociado de la Carta de la Tierra

Principio 13e: Eliminar la corrupción en todas las instituciones públicas y privadas.